Un funcionario del gobierno federal dijo a la agencia AFP que las "autoridades mexicanas tenían conocimiento de esta reunión (entre Penn y El Chapo)", que ayudó a la recaptura del narcotraficante.
Vestido con una camisa de manga larga color turquesa y azul marino, con pantalones negros, sentado en un taburete, El Chapo Guzmán responde algunas preguntas ante una cámara de video. Lo primero que dice es: “Quiero dejar en claro que el contenido de esta entrevista es exclusivo para la señorita Kate del Castillo y el señor Sean Penn”.
Un funcionario del gobierno federal dijo a la agencia AFP que las “autoridades mexicanas tenían conocimiento de esta reunión (entre Penn y El Chapo)”, que ayudó a la recaptura del narcotraficante más buscado del mundo en su natal Sinaloa, estado situado en el noreste de México con costas en el Pacífico. La fiscal mexicana Arely Gómez dijo el viernes que las autoridades localizaron al capo en parte por su intención de hacer una película biográfica, por la que llegó a reunirse con actrices y productores.
A continuación se transcriben algunas de las preguntas y respuestas de El Chapo publicadas por la revista Rolling Stone en su página web.
—¿Cómo fue su infancia?
—Recuerdo desde que tenía seis años, mis padres, una familia muy humilde, muy pobre. Recuerdo cómo mi mamá hacía pan para apoyar a la familia. Yo lo vendía. Vendí naranjas, refrescos, dulces. Mi mamá era una dura trabajadora, trabajaba mucho. Cosechábamos maíz, frijol. Me hacía cargo del ganado de mi abuela.
—¿Cómo se puso en contacto con las drogas?
—Bueno, desde la edad de 15 años en adelante de donde yo soy, que es el municipio de Badiraguato, me crié en un rancho llamado La Tuna, por allá hasta la fecha no hay fuentes de trabajo. La única manera de tener dinero para comprar comida, para sobrevivir, es cultivar y vender mariguana. Eso es lo que puedo decir.
—¿Cómo salió de ahí? ¿Cómo empezó todo?
—Desde ahí, desde mi rancho me fui a los 18 años a Culiacán y luego a Guadalajara, pero nunca dejando de visitar mi rancho, incluso hasta hoy, porque mi mamá, gracias a Dios, aún vive allá en nuestro rancho, que es La Tuna y así han sido las cosas.
—Y ahora que usted es libre, ¿cómo le ha afectado?
—Bueno, ser libre es ser feliz, porque la libertad es muy agradable, y la presión, bueno, para mí es normal, he tenido más cuidado durante estos años en ciertas ciudades, y no, no me duele nada. Me siento bien.
—¿Es verdad que las drogas destruyen, hacen daño?
—Bueno, es una realidad que las drogas destruyen. Desafortunadamente, como lo dije, donde crecí no había otro camino y todavía no lo hay para sobrevivir, no hay forma de trabajar en nuestra economía para poder tener una vida.
—¿Cree que es responsable por el alto nivel de adicción a las drogas en el mundo?
—No. Eso es falso porque el día que yo no exista, no va a bajar de ninguna forma. ¿Traficar drogas? Eso es falso.
—¿Se considera una persona violenta?
—No, señor.
—¿Es propenso a la violencia o la usa como último recurso?
—Mira, todo lo que hago es defenderme, nada más. Pero que yo ande buscando problemas, jamás.
—¿Cuál es su opinión acerca de la situación de México? ¿Cuál es el panorama para México?
—Bueno, el tráfico de drogas ya es parte de la cultura que se originó con los ancestros. Y no solamente en México. Esto es mundial.
—Considera su actividad, a su organización, un cártel?
—No, señor. Porque la gente que dedica su vida a esta actividad no depende de mí.
—¿Cómo ha cambiado su vida? ¿Cómo ha vivido desde que se fugó?
—Con un montón de felicidad por mi libertad.
—Por su reciente fuga, ¿buscó su libertad a cualquier precio? ¿A expensas de alguien?
—Nunca pensé en lastimar a nadie. Todo lo que hice fue preguntar a Dios y las cosas salieron. Todo fue perfecto. Estoy aquí gracias a Dios.
—¿Cómo ve sus últimos días en este negocio?
—Sé que un día voy a morir. Espero que sea por causas naturales.
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